EXTRADICIONES ¿COMPLACENCIA O IMPOSICIÓN?
En una de las muchas reuniones de presidentes latinoamericanos, escuché a uno de estos hacer mención de su amistad con los gobernantes de EEUU como uno de sus más preciados tesoros. Después de escuchar esto, llegaron a mi cabeza innumerables pensamientos. Recuerdo que pensé que ese dirigente nuestro no recuerda o no le importa la relación que se establece entre los EU y la región latinoamericana o, de estos, para con cada uno de nuestros países. La segunda mitad de siglo XIX y todo el siglo XX, en esa interacción, nos muestran como sus traspatios. Cuando han querido, han hecho con nuestro suelo y nuestra gente, lo que han querido. ¡No encontramos armonía en esta relación, más bien...mucho abuso, opresión y saqueo!
Las intervenciones militares han sido las formas más brutales, aunque no las únicas de someternos. Cuentan aquí también, las imposiciones y derrocamientos de gobiernos y de forma de pensar; la creación y secuestro de
Esta presencia constante de los Estados Unidos en nuestros países, no ha permitido un desarrollo independiente y original de nuestras instituciones.
Muchos son los individuos que para llegar al poder o estando a la cabeza de nuestros países se han portados serviles. Han conseguido momentáneos reconocimientos por parte de Washington. Por razones diversas y con el pragmatismo que caracteriza a los dirigentes norteamericanos, a estas personas les quitan el apoyo. Se conocen casos que luego de ser aupados, para que obren mal, usan esos elementos, de forma solapada, para dañar a quienes fueron sus socios. ¡Algo huele mal en Dinamarca! ¡Muchos no tenemos narices o no queremos detectar el hedor!
La extradición es otra herramienta que asegura la presencia del país del Norte en América Latina. Cabe destacar que solo seis países dicen estar en disposición de extraditar a sus nacionales: Reinos Unidos, EU, Uruguay, Argentina, Colombia y
Las autoridades norteamericanas se niegan a ver y admitir que ellos son los culpables del narcotráfico. La verdad es que aun eliminen a todos los suplidores de ese gran mercado que ellos tienen y que cada vez se amplía, por la educación libertina que dan a sus hijos, entonces de allá vendrán, si es que no la pueden producir en su territorio, a sembrar la materia prima, a producir la droga y a llevársela. El problema de la adición en la juventud de ese país es de consideración. ¡Que no se jueguen! ¡Están permitiendo que se castre su futuro! Es hora de que, lejos de subjetivismos, búsqueda de chivos expiatorios en otros países y politización del problema, se estudien y enfrenten las causas que empujan a la juventud por el camino de la adicción.
Como país debemos aprender que a los norteamericanos les interesa resolver o hacer creer ante la opinión pública suya, que se toman medidas en virtud de la solución de sus problemas. A estos no les importa si con esas medidas se embarra o ensucia a otros. Sus intereses, los de su población, son los que cuentan. Cada cual debe aprender a defender lo suyo. Si nosotros no tenemos quien nos represente o defienda, son nuestros problemas. Ese es el fundamento de la democracia entre nuestras naciones: el más fuerte y hábil se impone al otro. ¡En contra de eso luchó Bolívar!
Ese marcado interés o complacencia en mostrarse servil, de parte de nuestra clase gobernante, ante sus amos, crea desconfianza, resquemor, divide más a nuestra sociedad y crea la sensación de tener un estado fallido. Al parecer este solo funciona, para enriquecer a los gobernantes y para cumplirles a los amos de los gobernantes. Aunque momentáneamente los lacayos vean la aprobación de sus acciones apátridas, a la larga, los serviles siempre son despreciados. A la hora de, en serio, hacer un replanteamiento o retomar los objetivos nacionales, debemos fijar bien claro establecer nuestra relación con los EUA, sobre la base de la igualdad y el respeto. Vae victis!