martes, octubre 04, 2011

LA DESTRUCCIÓN DE LAS ORGANIZACIONES DE BASE

LA DESTRUCCIÓN DE LAS ORGANIZACIONES DE BASE

Las vicisitudes presente y la falta de esperanza del dominicano son más patentes por la falta de organizaciones, que lo representen y guíen, que por las crisis. En nuestra dirigencia política siempre ha habido inclinación por prohibir, desmantelar, prostituir o desautorizar los organismos representativos del pueblo.

Hoy, como nunca, son notorias las consecuencias y el influjo de los partidos gobernantes en los otroras sindicatos y otras instituciones representativas del pueblo. Se recuerda que uno de ellos probablemente el más dañino, en la década del ochenta, intervino y dividió a casi todos los organismos de masa. Este partido, en su generosidad, dividió al pueblo dominicano entre ellos, los santos, bendecidos y limpios y los corruptos.

Las organizaciones, supuestamente representativas de la sociedad, son las ONGs. Buena parte de los individuos que ayer formaban parte de los sindicatos y partidos de izquierda, hoy se la están buscando allí. El fuerte de estas organizaciones es la elaboración de proyectos para enfrentar problemas puntuales. Tienen como fuentes de financiamiento un sinnúmero de instituciones internacionales y al Estado que esconde sus responsabilidades detrás de ellas.

Los sueldos que se pagan a quienes trabajan allí, establecen la diferencia entre las organizaciones que nos destruyeron y sus sustitutas. La actual crisis que afecta al mundo determinará el curso de las ONGs. Muchos se sienten cómodos con los lujosos sueldos y las facilidades que han adquirido al trabajar para éstas. Ya veremos cual es su actitud, cuando el flujo de divisa hacia esas instituciones se corte. ¡”Veremos a dónde van a “jocear” esos leones”!

De las organizaciones representativas antiguas que aún subsisten tenemos los gremios de choferes, médicos, enfermeras y de profesores. De todos tipos de presiones, intervenciones, difamaciones, manipulaciones y entrega a individuos falaces, han sido estas objeto. Aunque en algunas de ellas permanecen algunos individuos honestos, verdaderos representantes de los sectores que los llevaron a aquellos puestos, la mayoría de los dirigentes, son enquistadas lapas, representantes de los partidos que se encargan de manejar las organizaciones con el criterio que estos les dicten.

Sin lugar a duda el rol de estas asociaciones no es el mismo. En algunas de ellas se ha establecido una alternancia en la dirección, en la cual, las mismas gentes ya son viejos “canchanchanes”. En no pocas ocasiones a lo bajo de las organizaciones, bajan líneas que exacervaban las contradicciones partidarias, lo que divide y degenera más las instituciones. ¡No vemos opciones de salida de estos titiriteros! ¡Se representan a sí mismo y a sus partidos y, por esto, debemos pagarle! ¡Fíjese que bien…!

Las pocas instituciones existentes no tienen credibilidad. El rol principal de los agentes políticos, en ellas, ha sido exactamente el de debilitarlas, dividirlas y difamarlas, hasta que pierdan su poder de disuasión, convocatoria y presión. Con esto, los partidos, limitan las organizaciones y mantienen control sobre ellas. Sin duda les sale más cómodo y barato la presencia permanente del partido en las organizaciones, que tener que ceder a las esporádicas presiones de los sectores que estas representan.
¡Es interesante la diferencia entre el tipo de control de la democracia a las organizaciones sociales y de masa y la dictadura!

Una nación sin verdaderas organizaciones sociales, es débil. Se ha demostrado que estas tienen en los dirigentes políticos sus inmediatos enemigos. Para que éstas, en nuestro país, luchen por los intereses de los sectores que representan y esta lucha no sea contradictoria con los de la nación, hace falta que se saquen a todos esos dirigentes que parasitan en ellas. En éstas hay que erradicar y penalizar las posiciones partidistas. Se hace urgente limitar el influjo de los medios de comunicación en éstas. Estas organizaciones deben valorarse, en la sociedad, más que los partidos políticos. ¡Rescatemos estas organizaciones y podremos rescatar nuestro país!