jueves, octubre 27, 2011

SE DESANGRA LA NACIÓN Y SU DIRIGENCIA…HACIENDO LIMONADAS

SE DESANGRA LA NACIÓN Y SU DIRIGENCIA…HACIENDO LIMONADAS
Nunca Como hoy nuestra nación derramó tanta sangre. Nunca su juventud fue tan vapuleada, manipulada y dividida. Nunca como hoy, tuvimos un gobierno tan disgregador, oportunista e inclinador de los bienes de todos hacia un grupo egoísta y apátrida. Nunca tuvimos tanta hambre provocada. Igual, nunca hubo tanto desamor, desinterés y apatía por el futuro nacional.
A pesar de las declaraciones de crecimiento de la economía, el poder adquisitivo del sueldo del trabajador está por el suelo. Los informes del Banco Central sólo reflejan el egoísmo de un grupito de manipuladores de cifras. El gasto de un día en almuerzo de estos cultivadores de violencia, es superior al dispendio mensual que tienen la mayoría de las familias dominicanas. ¡Desde esa posición si es fácil hablar de quinquiles y otras pendejadas.
La violencia objetiva manifiesta en toda la sociedad es el resultado de una subjetiva que perdimos la posibilidad de enfrentar. La política de capitalización, la asignación de sueldos astronómicos a funcionarios, la reducción de la escuela a simple lugares de retención temporales de jóvenes generaciones, la corruptela entre grandes comerciantes y la cúpula de poder policial, el descuido de la producción y las múltiples trabas a la juventud para acceder a los puestos de trabajo, empujan a ésta al vandalismo y la delincuencia.
Las autoridades encargadas de velar por el control de la delincuencia, en diferentes administraciones, han demostrado más que incapacidad, lazos estrechos o puentes con ella. Sin duda la ratería, la delincuencia común y organizada, generan grandes dividendo a varios sectores, entre ellos a los encargados de combatirla. La situación es conocida por todos. Nadie tiene valor de criticar o enfrentar a estos “pejes”. Todavía conviene mantener esa vagabundería.
Entre tanto lujos y riqueza que se exhibe, la juventud ha mostrado que no está dispuesta a dejarse llevar a la miseria. Su respuesta a las desigualdades que crea la “ley del embudo” que han implementado, sobre todo, los últimos administradores del Estado, no se ha hecho esperar. La falta de resultado de las miles y miles de muertes que han provocado los mal llamados “intercambios de disparo”, lo confirman. A individuos que han sido incapaces de controlar a sus propios hijos se les asignado planificar, elaborar y guiar la política anti-delincuencia del país. ¡Qué ironía!
El Estado dominicano ha sido asaltado por bandas de facinerosos que se esconden detrás de términos y palabas de moda para embobarnos. La capacidad desarrollada de control de los medios de comunicación y la compra de conciencia de comunicadores y creadores de opiniones que se venden al mejor postor, más la desidia de la población, ha favorecido a estos truhanes. Todos los días éstos se tornan más cínicos. ¡Pagan por adelantado lo que luego se van a robar! Siempre tienen un partido que lo protege.
Sin duda tenemos el gobierno que supimos engendrar. Nuestros dirigentes se ajustan precisamente al nivel de iniquidad que circunda el cerebro de la mayoría. La minoría, soñadora no tiene espacio en la hojarasca de reparticiones, engaños, robos, muertes, embrutecimientos y embaucamiento a que se han acostumbrado la población. Es así como los miembros del partido en el poder se creen con derechos a desalojar de los puestos de trabajo a aquellos que no son de su parcela política.
Lo interesante de esto es, a pesar de todas esas verdades, la mayoría de la población se siente bien. Sólo en algunos momentos fugaces se escuchan espontáneas expresiones que la alejan de la inmundicia en que vive. Es curioso que los momentos de frustraciones atraigan más la figura del “Jefe”, que la de buenos representantes y aspirantes a la dirección del Estado que tenemos. Es mentira que hemos avanzados. De nada sirve la libertad de expresión si ésta no se toma en cuenta a la hora de las tomas de decisiones.
Esta patria debe contar con sus hijos más jóvenes. Atentan contra el futuro, aquellos que licencian la educación y la cultura; los que han hecho su pasatiempo, desde la oscuridad, mandar a mutilar y matar a jóvenes y los que les niegan el derecho a trabajar y desarrollarse. La actitud egoísta, implantada en la juventud para solucionar sus problemas de forma individual, fortalece la irresponsabilidad de los gobernantes con sus deberes.
La juventud debe organizarse y exigir de las autoridades verdaderas respuestas a las necesidades que tienen. No es verdad que los” a tiempo malos…buena cara”. Recordemos que la frase “si del cielo te caen limones, haz una limonada”, nos invita a deshumanizarnos. De ninguna manera debemos matar la solidaridad, la fraternidad y la bondad entre un pueblo que debe permanecer unido. Las autoridades se deben a nosotros. No sigamos permitiéndoles que nos manipulen y nos empobrezcan.