martes, agosto 30, 2011

Dominicana y su relación histórica con Francia


DOMINICANA Y SU RELACION HISTORICA CON FRANCIA
Ser un verdadero y respetable Estado, requiere de nosotros constantes y concienzudas evaluaciones de las relaciones que hemos tenido y tenemos con aquellos imperios que impusieron el tipo de relaciones que impera entre las luego nacientes naciones. En este caso, tocamos la que hemos tenido con Francia. A pesar de toda la luz que esta ha esparcido por el mundo, sobre nosotros solo ha llegado oscuridad.
Hemos de recordar que gracias a ella o, a política de sus gobernantes, la isla es compartida por dos naciones. Ambas hemos tenido que lidiar con situaciones, entre nosotros, que creó ella. Parte de ésa son aun utilizadas por políticos y fuerzas oscuras para alejar, enturbiar y dividir relaciones que necesariamente deben ser armoniosas. Asumir esta idea, es un reto para nuestros dos pueblos. Alcanzarla es tarea de nuestros dirigentes.
Los primeros contactos de Francia y sus intereses con nuestra isla y gente se remontan a los años en que España nos descuidó por la atención a colonias más ricas en tierra firme. De forma más precisa se hace mención que desde finales de siglo XVI, ya pululaban negociando, adjunto a Inglaterra y Holanda, por el Norte y Noroeste de la Isla. Negociaban con comunidades de allí. Esto produjo el gran error de “Las Devastaciones de Osorio”.
Es a partir de 1629, después de ser desalojados de la isla de San Cristóbal que comienzan a establecerse en la isla Tortuga y penetrar a la Española por aquella zona que habían sido despoblada. Estos penetraban y se internaban en los bosques cazando reses salvajes. De estas preparaban el cuero para venderlos a barcos de otras potencias que se los compraban. Parte de la carne la asaban en lo que se llamó boucan.
Poco a poco se fueron estableciendo hasta crear una especie de esclavitud étnica diferente a la que se conocía por aquí. Allí hubo esclavitud blanca. Mientras en el mar, los barcos españoles también eran atacados por corsarios franceses. La isla Tortuga, ubicada en la parte Noroeste de nuestra isla se sirvió como plataforma a los franceses para adueñarse del actual territorio de Haití.
Muchas veces los españoles los desalojaron. Al esto volver a Santo Domingo, La Tortuga volvía a ser repoblada. Es a partir de 1640 que Francia designa a Levasseur como gobernador de ésta. Esto la convirtió en el cuartel general de los filibusteros y bucaneros del Caribe y formalizó el comercio agrícola y de pieles con Inglaterra y Holanda.
La Tortuga se convirtió en una fortaleza. En 1654 el rey de Francia designó a Jeremie Deschamps como gobernador y teniente general de esta isla. La asunción de ésta por la Compañía Francesa De Las Indias Occidentales, permitió la expansión hacia la actual Haití. Con el paso del tiempo ésta se convirtió en Saint Domingue.
Los conflictos en Europa, en el siglo XVII, de los cuales formaron parte España y Francia, se reflejaron en nuestra isla. Es por esto que el Tratado de Nimega de 1678, contribuyó con el establecimiento de la colonia francesa en el Oeste de nuestra isla. Es a partir de éste que los gobernadores establecen límites fronterizos. Por el Tratado de Ryswick de 1697, España aceptó el reconocer la posesión de la parte Oeste de la isla por Francia.
Es a partir de este tratado que se inician los intercambios comerciales de manufacturas y ganado entre las colonias. Es en 1777, con el Tratado de Aranjuez que se establecen oficialmente los límites fronterizos entre las dos colonias. El sistema de explotación que allí se implantó fue tan cruel y brutal que pronto provocó contradicciones entre las clases que allí se formaron.
Ya establecida Saint Domingue, las contradicciones entre las dos colonias estuvieron condicionadas al tipo de relaciones que tenían en el momento sus metrópolis. Los negros, según la concepción religiosa no tenían alma, porque no eran cristianos. Tal vez por esta razón, aunque proclamaron las declaraciones de los derechos del hombre y el ciudadano, los negros no fueron tomados en cuenta como tales; quisieron fortalecer el sistema esclavista.
Por el Tratado de Basilea, de 22 de julio de 1795, España, mediante un intercambio, cede a Francia la parte Este de la isla (la actual República Dominicana). A partir de ese momento toda nuestra isla pasó a ser posesión francesa. Sólo a partir de agosto de 1798, Francia trató de hacer factible el traspaso de esta parte de la isla. Para esto mandó al general Hedouvieu, a la cabeza de una comisión. El poder que tenía Toussaint impidió la realización de esa misión.
Es en ese interín, que el comisionado francés del traspaso, el señor Raume, utiliza y conspira desde Santo Domingo contra Toussaint. No logró nada. Ante que eso, precipitó que aquel buscara personalmente el traspaso. Esto sucedió en enero de 1801. En enero de 1802, Lecler, desembarcó por distintos puntos estratégicos y ocupó la isla. Toussaint fue engañado, echo preso y mandado a Francia, donde murió.
La muerte de Lecler en 1802 y las arbitrariedades de su sustituto, Rochambeau, empujaron a la lucha a los haitianos por su libertad e independencia definitiva. Dessaline concluyó esta lucha con la derrota de los franceses en diciembre de 1803. Mientras en Haití se proclamaba la independencia el general Ferrand le daba un golpe de militar en Santo Domingo al general Kervesseu, a quien obligó embarcarse a Francia. Así comenzó para nosotros la “Era de Francia en Santo Domingo”.
Ferrand concentró a los soldados franceses que se encontraban en otras islas antillanas, para defender la plaza de Santo Domingo. Buscó sumar el Cibao a su causa. Políticas provocativas como el desconocimiento de la existencia de Haití y la legalización del robo de niños en territorio haitiano para ser vendido como esclavo aceleraron la invasión haitiana de 1805.
Dessaline fracasó en la toma de Santo Domingo. A su regreso a Haití, allí se crearon conflictos que lo dividieron en dos Estados. Esto permitió un respiro a Ferrand que aprovechó para reorganizar y desarrollar a Santo Domingo. Llamó a las familias españolas que se habían marchado, fomentó la agricultura y el corte de madera preciosa que se vendía a Europa y Estados Unidos. Esta situación se mantuvo durante doce años hasta que Haití se unificó.
Los conflictos que se escenificaron en España donde Napoleón apresó y obligó al rey Fernando VII a renunciar repercutieron en nuestro territorio. Uno de los primeros y más importantes movimientos contra los franceses, mientras nos gobernaban, fue el encabezado por Juan Sánchez Ramírez, que los expulsó. El Tratado de Basilea fue dejado sin efecto en 1814.
Otro momento pernicioso en que nuestra historia se cruza con la francesa es cuando, estando invadido por los haitianos, a éstos les imponen, en 1826, una indemnización de 160 millones de francos, que luego quedó en 90 millones. Para reconocer la independencia haitiana y cesar el embargo que durante dos décadas Francia, apoyada por Inglaterra y Estados Unidos, les impuso a Haití. Para este pago las autoridades se vieron obligadas a tomar medidas impopulares que fueron decisiva en el deseo de separación nuestro de los haitianos.
De singular importancia para el Estado nación dominicano, fue la participación del cónsul francés en Haití Levasseur. Esto es lo que llamamos “el Plan Levasseur”. Sin discusión, este apoyo a uno de los principales grupos conservadores, que a partir de entonces pasaron a llamarse afrancesados, ha significado una de las principales contaminaciones que tuvo y gravitan sobre República Dominicana. Aunque no se le dio, Francia aún aspira a la bahía y península de Samaná. A ambos pueblos nos quería sacar provecho. Haití tuvo que pagar hasta 1947.
En 1892, Francia y otras potencias europeas, en momentos en que Lilis planteó que no se postularía a la presidencia, apoyaron como ellos saben a Gregorio de Marchena. Estando Lilis en el poder, también descubrimos la manopla de la Francia, que, para otros sin duda ha sido luz. El incidente en que un dominicano mató a un francés, a Lilis le impusieron que el individuo matado. Otro conflicto con un barco llevó a presiones consulares y hasta amenazas con barcos. ¡Cuánta luz, con los más débiles y chiquitos…!
Con la inestabilidad de Haití, después de la caída de Duvalier, los gobiernos dominicanos han sido instrumentos de Francia y los Estados Unidos de acontecimientos y políticas que allí se cuecen e imponen. A sido significativo el rol jugado por las autoridades, sobre todo, en el último derrocamiento de Aristide donde se prestaron inclusive puertos para desde allí llevar contingentes militar francés a suelo haitiano. Todo esto por la postura de este líder haitiano de exigir con vehemencia la “Restitución” del dinero que Francia le hizo pagar a este pueblo por su libertad. Junto a este sufrido pueblo nosotros también comenzamos a pagar esa deuda. Por esto merecemos unirnos a esa devolución.
Donde Francia, igual que otras naciones europeas y Estados Unidos, a nuestra gente la ven con menosprecio, nos consideran incapaces. Tantas y tantas vías nos han recalcado estos que, la mayoría nos las creemos. Muchos creen que sólo los blancos piensan y son capaces de inventar, interpretar las cosas. La Revolución Francesa, para éstos, es la cúspide del alcance de los objetivos de la humanidad. No ven que nosotros, por haber sido colonia y sr descendientes de negros nos tienen fuera de un proyecto, de lo que es humanidad.
De las primeras inclinaciones racistas francesas contra nuestra isla se cuenta aquella donde se acusa a sus exhabitantes de ser el vector de donde procedió la sífilis que afectó a Europa largo tiempo. El primer hijo de esta tierra que con gallardía escribió defendiendo contra tales acusaciones fue Antonio Sánchez Valverde. Este tratado lleva el nombre “La América vindicada de la calumnia de haber sido madre del mal venéreo”.
Un autor se destaca por haber sintetizado el racismo francés. Este fue Joseph Arthur de Gobineau, en su ensayo “sobre la desigualdad de las razas humanas”. Pronto salió a la luz otro trabajo en el que su autor contradice esta posición que favorece ser y continuar favoreciendo el colonialismo y la influencia del Estado Francés sobre jóvenes Estados concebidos por individuos étnicamente diferentes. Este autor fue Antoine Firmin, con su obra “De la igualdad de las razas humanas”.
Nuestro país ha sido vital, desde su surgimiento en la política francesa en el Caribe. La vergüenza que les hicieron pasar los haitianos a los franceses nos ha convertido en instrumentos, muchas veces, de aquellos que impiden la consolidación del Estado haitiano. El conocimiento en los círculos de poder franceses de que buena parte de nuestros dirigentes tienen complejo de capataces y mayorales, les ha favorecido tener un Haití dividido en momento que crecía la campaña por la “Restitución”. ¿Fue casual la llegada de tropas francesas a territorio haitiano, doscientos años después, de donde habían sido desalojados de forma deshonrosa?
Es vergonzoso el comentario que va de boca en boca que hace alusión a que el gobierno actual pagó un millón de dólares a un francés para que le hiciera un análisis del país y sus perspectivas. ¿Para qué han servido los diálogos y sus conclusiones? Nadie tiene que venirnos a decirnos nuestras necesidades. ¿Si las autoridades no se sienten en capacidad de identificar de identificar, adjunto a la sociedad los males y las posibles soluciones, por qué no renuncian y se van a freír tuza? Tenemos informe que dicho informe llegó a las misma conclusiones que ya se habían resaltado; aun así no se ha hecho nada. Los problemas se siguen agravando.
Podríamos decir que es momento de los afrancesados en el poder. La distracción desde el poder nos hace perder de vista lo que está pasando en lugares como Miches, Samaná y otros lugares donde se está expoliando la tierra. Los franceses y de otras nacionalidades allí están jugando papeles importante. Hay que recordar que esas zonas siempre han estado en la mira de las potencias. De forma paulatina y sin ruido perdemos zonas estratégicas importantes. El gobierno está facilitando este despojo.
Sin duda hay coincidencia de los intereses franceses, en nuestra isla, con los norteamericanos. La utilización de suelo dominicano e invasión de Haití por estas potencias en el 2004, lo confirma. Se renovaron los intereses que se patentizaron en el Congreso de Berlín de 1885. Como siempre sucede con aquellos que tienen más necesidades de unidad, los gobiernos dominicanos y haitianos no encuentran aquellos intereses que nos obligan a vivir juntos y luchar en armonía por sus respectivos pueblos.
Francia seguirá presionando a las clases pudientes y políticas haitianas para que éstas impìdan el fortalecimiento del Estado haitiano. Estas seguirán empujando a las masas campesinas y urbanas pobres hacia el exterior, principalmente hacia la República Dominicana a la larga esto podría crear conflictos que se podrían salir de control. En esto, Francia haría como la gatita de María Ramos…La facilidad con que las potencias se ponen de acuerdo y nos presionan nos debe mover a reflexionar.
Dominicana debe comenzar a explotar las cualidades que unen a las Antillas. Sería interesante comenzar ampliando los intercambios comerciales, culturales y científicos. Los fuertes y grandes se unen y deciden con y en que condiciones debemos unirnos. A pesar de que ha habido esfuerzo de confederación entre las Antillas, intereses extraños, nos han puesto, una de espalda a las otras. Si queremos sobrevivir, hemos de comenzar a buscar nuestro destino que es trabajar unidos por nuestros pueblos.
A las sociedades les toca hace las presiones de lugar para erradicar de nuestras dirigencia ese complejo de esclavo que tienen y les beneficia. ¡Basta ya de aceptar las ideas e imposiciones de quienes siempre nos han oprimidos! Somos capaces de elegir y trillar el camino que elijamos. Probemos a ser más independiente en una confederación junto s a Haití y Cuba; presionemos por acercar a Puerto Rico a esta idea.
Los problemas externos a enfrentar están ahí: una Francia que es opuesta a un Haití fuerte y unido, unos Estados Unidos intransigentes a que las Antillas formemos un Estado con el cual se tengan que sentar a discutir situaciones de la zona. En lo interno la oposición de los sectores que siempre han vivido parasitando y que en las últimas décadas, de forma más abierta, exponen las riquezas de nuestros países e islas a intereses extranjeros, con quienes comparten el empobrecimiento de nuestros pueblos.
Tal vez es Francia, de los países de occidente, que en su Revolución mejor sintetizó los valores y aspiraciones de la cultura judeo-cristiana-greco-romana. También es ésta la que enseñó a manejar los fundamentos que proclamó de forma elástica: cuando convienen se erigen cuando se aplican y no conviene se tergiversa y acusa al promotor de dictador. Esta es la estrategia que se ha usado para mantener oprimidos a las naciones que intentan salirse de la égida de aquellos países que las someten para explotar sus riquezas.
Los valores de la civilización occidental que impulsaron las independencias de las repúblicas americanas surgieron truncas o mejor, condicionadas. A más de 220 años aún no existe ni libertad, ni igualdad mucho menos fraternidad. La democracia, derechos humanos y el republicanismo o constitucionalismos, con su diferentes poderes, hasta el momento no han sido más que brechas para los más fuerte influenciar, corromper y debilitar a los Estados más débiles. Nuestro país tiene ejemplos de ese tipo de relación con Francia y otros pueblos

Gerson de la Rosa