miércoles, febrero 06, 2013

EL PRD SE AUTODESTRUYE, QUE BUENO

EL PRD SE AUTODESTRUYE, QUE BUENO Un proceso de constante deterioro se cierne sobre las instituciones dominicanas. En esta ocasión, le toca al PRD. Este partido de trascendental influencia en la vida política de nuestro país, como otros, parece que tiene su fin cercano. La delincuencia que asaltó su dirección y desvió el rol que permitió su nacimiento, se enfrenta. Lo llevan a la misma ruta que trillaron muchas organizaciones desde la década de los ochenta: su división, desaparición o invisibilidad social. Esto resultó de capital político para los partidos que manejan el escenario de la lucha por el poder. Para los grupos de control económico, el crecimiento descarado bajo la paz y condiciones que deciden. En esta ocasión, parece que se le apagó el “jacho” al PRD. Los grupos enfrentados, son irreconciliables. La propaganda de otros, que son peores que ellos, hacen su efecto. Les han hecho creer que son una confederación de ideas y personas mal tramadas que, no tienen capacidad de ponerse de acuerdo. Desde el partido de gobierno, se burlan y ríen con las muelas de atrás. Sus experiencias de manejo del descabezado partido reformista, parece darle seguridad de encausar con éxitos, todos los intereses que en el partido blanco convergen. Saben que, el resquebrajamiento de esa institución, debilitaría posiciones y obligaría a los políticos comerciantes de allí a manifestarse cuales son. “Muchos, lo ofrecerían por batatas”. ¡Qué se autodestruya el PRD! ¡La sociedad no perdería gran cosa! Salvo la tradicional afinidad romántica con esa institución que, luchó y trajo ciertas aperturas y libertades luego desvirtuadas y vendidas, no hay nada que añorar. Buen momento se ofrece para evaluar y realizar juicios políticos a sus dirigentes. Aquellos que traicionaron la confianza de la sociedad, no se les debe pasar por alto. El partido del “buey que más jala”, igual que el reformista y el PLD, no tiene nada que ofrecer a la sociedad. Excepto circo político, un grupo de aprieta botones o levanta manos y sinvergüenzas corruptos, de los cuales podemos prescindir, no hay ninguna otra oferta. “Estos fueron los que tiraron a Pedro dentro del pozo”. No hay que ir muy lejos ni pensar profundo para identificar las peores bacterias que han producido el miasma que invade y expele actualmente la sociedad dominicana. Es grato ver que, en nuestra política, ese organismo patógeno actúa por fin, contra sí mismo. Como sociedad no debemos conformarnos con la desaparición de esa estructura política. Si queremos crecer, debemos desapasionarnos y controlar los sectores y mecanismos de agitación, tergiversación y siembra de cizañas, como punto inicial. Luego, proceder a identificar los momentos, las personas y los tratos establecidos con los primeros trujillitos ladrones, desfalcadores y asesinos que, se apropiaron de las riquezas dejadas por quien fuera su amo. A todos nos interesa saber, quienes, por cobardía, vocación o intereses económicos o políticos, arrodillaron o pusieron la soberanía nacional en juego. No menos importante son, la ventilación de las zancadillas por el control de ciertas posiciones y, por qué no, las responsabilidades por la matanza de abril de 1984 y, otras muertes. De capital importancia es determinar quiénes instauraron sustituir o cerrar el paso a los puestos dirigenciales dentro del partido y aspiraciones electivas a los líderes populares por individuos que con dinero, compran su inclusión en boletas para acceder a puestos. El partido blanco era un bien del pueblo dominicano. Después, pasó a ser el principal instrumento de sostén y enriquecimiento de los más vivos de allí dentro. Las fuerzas externas que incitan y financian las contradicciones a lo interno de esta institución, no ven que activan un vendaval incontrolable. El pueblo dominicano ha sido paciente, pero, no es tonto. Seguramente encontrará el momento para cobrar esta mala fe. ¡Qué pase lo que tiene que pasar! ¡Qué se desgarren esas fieras! Si esto forma parte de la lucha de las elecciones del 2016, que nos digan, si debemos soportar tales ignominias. ¿Vale la pena seguir pagando para mantener este instrumento de envilecimiento social? Así como esos grupos echaron a un lado las aspiraciones de sus simpatizantes, ahora les toca a ellos ser marginados. ¡Qué se coman su PRD! Sin ellos, la nación no se debilitará. Todo lo contrario, podrá respirar. Su militancia, esperemos, será más exigente al acercarse a otros políticos y líderes. ¡Basta de apoyar vagabundería!